“La historia de cómo me convertí en artista textil es muy interesante. Vivo en Guatemala, Centro América, en donde nací y crecí. A los cuatro años, mi mamá me enseñó a coser usando la máquina de coser Singer de pedal que había sido de su abuela. Luego cuando tenía once años, tomé una clase para aprender a usar patrones para coser mi propia ropa y desde entonces no he parado de coser, crear y diseñar.
Desde que tengo uso de razón, he estudiado y experimentado con diferentes manifestaciones de las artes y artesanías: dibujo, pintura, diseño gráfico, esténciles, decoración de interiores, y artes de la aguja como tricot, crochet, punto de cruz, bordado. Sin embargo, nada realmente fue duradero.
A la par de mi amor por las artes siempre ha estado mi amor por la educación. Empecé a dar clases a niños de preprimaria en 1975. Años después, me gradué de la Universidad como Psicóloga Industrial, y en 1988 empecé a trabajar en Recursos Humanos. Tuve mi propia empresa de consultoría y por varios años viajé por Centro América y el Caribe para capacitar a gerentes de grandes compañías en Liderazgo, Comunicación Asertiva, Trabajo en Equipo, Motivación, Relaciones Humanas, y otros temas relacionados. Me encantó ese trabajo, pero después de diez años, estaba cansada del mundo corporativo y sentí que necesitaba hacer algo diferente.
Hacia finales de 1997, un libro de quilting sobre “Charm Quilts” cayó en mis manos. Leí el libro de pasta a pasta en un par de días. Luego, empecé a sacar telas de mi entonces pequeño repertorio, y seguí las instrucciones al pie de la letra para hacer mi primera quilt. Recuerdo el sentimiento de urgencia, de querer terminarla lo más rápido posible para empezar con la siguiente, y la siguiente. Muy pronto supe que convertirme en artista textil era mi vocación y que iba a ser algo que se quedaría conmigo para el resto de mi vida… en ese momento no lo sabía, pero estaba a punto de tomar un salto de fe ¡que cambiaría mi vida! Seis meses después renuncié a mi trabajo formal para poder quedarme en casa cosiendo todo el día. Muchos creyeron que me había vuelto loca, pero yo estaba fascinada cuando me di cuenta que las art quilts reunían todo lo que amo: las telas, los colores, la costura, el arte, el diseño, crear con mis manos y ser original.
Para mí, el arte es un camino y mis art quilts son pasos en un proceso de aprendizaje sin fin hacia un nivel más alto de auto expresión y espiritualidad. No es el destino, sino el viaje lo que hace que todo lo que hago valga la pena. Encontrar el Arte Textil le ha dado voz a mi espíritu, el cual habla de mi contexto guatemalteco, de mis raíces y de mi pasión. Dios me ha abierto muchas puertas y vivo agradecida porque mi carrera artística me ha permitido tener experiencias tan increíbles.
Espero que disfrutes mi trabajo tanto como yo he disfrutado creándolo.”
Priscilla Bianchi